SANCERRE MASSON-BLONDELET Sauvignon Blanc 2021

Lugar: Pouilly-sur-Loire

Enólogo: Pierre-François Masson-Blondelet

Propiedades: 21 hectáreas de viñedos en las colinas que rodean Pouilly-sur-Loire, todas incluidas en las denominaciones de origen de Pouilly Fumé y Sancerre. La variedad principal es Sauvignon Blanc, con pequeñas cantidades de Pinot Noir y el varietal local Chasselas.

Producción: 150.000 botellas por año, de las cuales se exporta el 60%

El valle del Loira es una de las regiones viticultoras más interesantes y variadas de Francia. Y aunque en ella se producen todos los tipos de vinos imaginables – tintos secos, blancos dulces y vinos espumosos – las estrellas son tal vez sus blancos secos y frescos elaborados de la uva sauvignon blanc. Los viñedos de este varietal se cultivan alrededor de la población de Pouilly-sur-Loire, ubicación de las famosas denominaciones de Sancerre y Pouilly Fumé. La tierra de esta zona varía bastante, pudiendo aparecer diferencias geológicas en un mismo viñedo o pago. Por ello, los productores se han ceñido a la producción de vino de pagos individuales, buscando la expresión en el vino de la singular composición mineral de cada uno: piedra caliza dura, perdernal (sílex) o marga de Kimmeridgian. No es raro encontrar pequeños productores dedicados a producir tres o cuatro vinos de uvas aparentemente similares, todas ellas sauvignon blanc y pertenecientes a la denominación de origen Pouilly Fumé o Sancerre.

Uno de dichos productores es la casa Domaine Masson-Blondelet, negocio familiar desde hace siete generaciones. Actualmente la bodega está gestionada por Jean-Michel Masson y su esposa Michelle, especializándose en sauvignon blanc seco de alta calidad de pagos muy concretos: denominan esta práctica ”viticultura por terroir”. Su planteamiento en la elaboración del vino es el europeo clásico: que el buen vino se elabora en el viñedo y que el bodeguero sólo podrá afectar adversamente lo que el viñedo ha producido. Me he tomado la libertad de reproducir un extracto de su web que resume su filosofía y práctica vitivinícola: “Nuestro concepto en cuanto a la vinificación consiste en dar prioridad a los procesos físicos frente a los químicos (aún los más ligeros) minimizando en lo posible el uso de SO2. Por ello trabajamos según tres grandes principios: aprovechamiento de la gravedad, del frío y de la conservación de CO2 en la fermentación. Nuestra bodega se compone de tres plantas, de las cuales dos están bajo tierra. En la planta baja se recibe y prensa la uva (prensa neumática). Lo prensado desciende automáticamente sin bombeo a la cuba de acero inoxidable de la planta inferior, donde se clarifica por acción del frío. El mosto claro se pasa a las cubas equipadas con un sistema que permite controlar la temperatura de fermentación de cada cuba de forma individual (evitando así la uniformidad). Los vinos se se estabiliza sobre sus lias finas y se lleva a cabo manteniendo la temperatura bajo cero durante 8 días en la 2º sotono, donde también se realiza el embotellado con las óptimas condiciones que permiten el almacenamiento de botellas y el envejecimiento de algunos de nuestro cuvees. Nuestro objetivo es siempre emplear los medios más adecuados para la intervención humana, único responsable del ‘alma del vino’. Aportamos mucho de nosotros mismos al cultivo de la viña y al proceso de elaboración, a fin de personalizar al máximo nuestros vinos.”